¡Qué ritmo!

¡Evacuación. evacuación!

Nos las prometíamos muy felices pensando que dormiríamos la mañana, pero... 16 series de 7 pitidos nos sobresaltaron haciéndonos recordar que andaba pendiente la evacuación del albergue. Sucedió 13 minutos después de las nueve de la mañana. ¡Uy! si ordenamos esos números nos da una fecha (13/7/16). ¿Sería casualidad? 

Dimos los buenos días a los de las tiendas de campaña y antes de desayunar, una mañana más, jugamos en el prao de las cigüeñas. 

Un poquito más tarde se oía esta conversación: 

Monitor, - Felipe (nombre ficticio): guarda esa camiseta en la bolsa de tu ropa sucia

Felipe, - No tengo bolsa. 

Monitor, - Pues no mezcles la ropa sucia con la limpia. 

Felipe, - No, si no tengo ropa sucia. 

Monitor, - ¿Cómo? 

Felipe, - Es que las camisetas que puse solo las puse un día y están limpias. 

Monitor, - ¡Aaaaaah! 

Terminado el arreglo de habitaciones antes que ningún otro día tomamos el camino corto a la piscina (el menos largo) y dado el viento norte que soplaba nos encontramos solos en el agua. Se estaba mejor dentro que fuera. 

Regreso al albergue. 

Y para compensar la bajada de temperaturas: fabes pintes con su choricín, su morcillina y su tocinín; melón y tarta de chocolate.

Luego después, lectura y finales de campeonatos. 

A media tarde, taller de cocina: CASADIELLES. Un espectáculo digno de master-xefe. 

Con las manos sin la masa jugamos a rugby, a baloncesto y a fútbol-prao. 

Ducha. 

Cena de gala. Hamburguesa Mc Arra y natillas de chocolate. 

Rifa de regalinos. Y just dance, ¡qué ritmo! 

Palabras -palabras muy bonitas- con música de fondo, alguna lagrimilla y... 

Pa la camina que es gerundio.