viernes, 14 de julio de 2017

Durmamos









(Leed des-pa-ci-to)

Catorce días.
De los más de tres mil días vividos hasta ahora estos catorce nos marcarán; eso nos dicen.
Algunos que llevan años de Campamento lo corroboran.
Será por eso que esta noche nuestros sueños serán recuerdos más que deseos.
Durmamos...

Hay alguien en el prao de las cigüeñas; carreras al despunte del sol. Carreras que terminan en un fresco comedor donde adornamos nuestras servilletas con diseños a base de cereales y galletas, también de chocolate. Tras deshacer esos mosaicos escuchamos atentísimamente el plan de cada día e intervenimos con acierto en las propuestas que en él caben. El plan nos lleva a las habitaciones y entonces queremos soñar que alguien las arregla con un par de palabras mágicas; pero, no, no es momento de soñar. Pasado el apuro nos ponemos en camino cantando una y otra vez las canciones de las veladas. Llegamos a la piscina y la estricta programación salta por los aires (y por el agua). Y tocamos el cielo; el cielo de las caras de todos, el cielo de los logros de tantos. Regresamos al albergue oliendo desde lejos cocidos, pasta, arroces y cuanto uno quiera imaginar. Ahora, más que cantar charlamos; el tiempo pasa (y los kilómetros) y despachado el menú se presenta una partida, un rato de lectura... Y ese tiempo libre conduce a un taller. Un taller de trescientos sesenta y cinco días de duración; tiempo para hacer el mismo número de pulseras y estar entretenidos hasta que llegue el próximo taller y el próximo Campamento. Hay ganas de deporte y miramos +allá; más allá del fútbol. Y descubrimos, y practicamos, y traducimos; sí, traducimos, porque ya está bien de archery, colpbol, floorball, pin pon....  -¡habrase visto!-.
Sin tiempo para merendar nos duchamos, nos ponemos la misma ropa que llevábamos antes de ducharnos y . pelota.
Retrasamos la cena para aprovechar hasta el último momento de luz diurna y justo cuando esa se apaga iluminamos la noche con nuestras sonrisas.
Y, de repente, nos vemos bailando una haka, una haka sonriente que hace honor a Boñar, la localidad que nos ha acogido. Una haka aprendida sin ensayar. Y a esa haka le siguen decenas de canciones.
Canciones que nos van cerrando los ojos. Durmamos.

Algunos que llevan años de Campamento nunca habían vivido algo como lo de este año. A ver cómo lo explicamos. Nos hemos dado cuenta de lo especiales que somos, lo hemos hecho gracias a alguien muy especial que nos ha hecho a todos mucho más especiales.Quienes hemos estado allí más que entendido lo hemos vivido y eso, durante catorce días vivido, queda, quedará para siempre; así que pasen muchos tresmiles.

jueves, 13 de julio de 2017

A tope

Pasamos de puntillas por el juego matutino pero vaya como desentumece y nos pone a tope cada día. El de hoy trataba de atrapar el tesoro, cruzar la frontera o algo parecido.
Otro señor desayuno y a trabajar. A trabajar, sí, porque lo de ordenar la habitación es un verdadero trabajo. Hicimos algo de colada, poca; hablamos del plan de este penúltimo día -mucho plan- y tomamos el camino de las babosas para ir a la piscina.
Ya hemos comentado en alguna ocasión el juego que da el paseo en cuanto a trato y conversación; unos días con unos, otros días con otros.
Otra mañana 10 en la piscina. La mayoría pasó un rato grande en la zona que cubre tirándose al agua de mil maneras incluso alguno que al principio del Campamento no sabía nadar.
El grupo -Auckland- que le correspondía comida se adelantó al resto para poner la mesa y cuando todos llegamos dimos buena cuenta de unos tremendos spaguettis a la carbonara. Tan ricos estaban que además de re-repetir pudimos contar con los dedos de media mano los que dejaron alguna mancha en el plato. ¡Ah! lo del postre, un escándalo de maxihelado de fresa.
Semifinales y  reñidísimas finales de campeonatos llenaron la sobremesa.
Taller de pulseras de hilo de lana, y luego lanzamientos de dardos, tiro con arco, partidillos de floorball y rugby completaron la tarde.
Pímpara cena a base de ensalada, lomo con patatas y melón nos dio la energía necesaria para disfrutar de una memorable noche de baile. Un just dance que puso la guinda a trece noches vividas con una intensidad enorme.
Dio tiempo a revisar el día y recordar a personas que nos han acompañado en esta aventura.
Un compañero preguntó que a qué hora se escribiría el blog de mañana jueves; se escribirá. (Y esperaremos vuestros comentarios).
Buenas, buenas, buenísimas noches.








miércoles, 12 de julio de 2017

Relajados y emocionados

Melón con jamón y sandía con queso.
Madrugamos para desayunar y prepararnos para el viaje en tren a La Vecilla. Viaje en tren que para más de uno era el primero que hacía en su vida.
Eran las once cuando visitamos la Casa Consistorial situada en un antiguo torreón del siglo XIV.
Y poco más cuando subimos al mirador del río y disfrutamos de espectaculares vistas del valle del Curueño.
Río cuyas gélidas aguas no fueron obstáculo para aprovecharlo mañana y tarde. ¡Cuántos chapuzones! ¡Cuántos/as valientes!
Jugamos tanto -y buscamos, encontramos y cogimos tantos bichos- que no sabemos de dónde sacamos las fuerzas. Bueno...
El picnic de hoy incluyó una tabla de embutidos de aperitivo, un bocata de chorizo casero y una ración de alitas de pollo que resucitaba a cualquiera. De postre, sandía. Claro que siempre se puede innovar, y si el melón con jamón es lo más de lo más, entonces... la sandía con queso, ¿qué será? (Que se lo pregunten a alguno).
Lo dicho, día completísimo -y soleadísimo- y, otra vez, agotador. En escasos diez minutos de viaje de vuelta se vio alguna que otra cabezadita.
Ducha al volver, partidas de campeonato y montaje de la tienda de campaña donde ahora mismo duermen los de 6º.
Después de cenar puré de calabacín con curruscos y ¡alitas de pollo! había sorpresa guardada.
Nuestro fisioterapeuta de cabecera nos obsequió una sesión de masaje que, después de dos días como los últimos, fue más que un regalo. Genial comportamiento de todos.
Si quienes leéis esto hubierais asistido a la sesión, además de relajaros os hubierais emocionado.
Buenas noches.








martes, 11 de julio de 2017

Trepidante

Lo de hoy, ¿no iba a ser un día de resacoso descanso? Pues, no.
Sí, vale, nos levantamos media hora más tarde de lo habitual, pero nos esperaba un trepidante pañuelo pentagonal que habría que hacer en otra ocasión con casco, coderas y otras protecciones.
Un reparador desayuno con bizcocho casero y otras delicatéssenes nos animó al trepidante día en El Soto, pues allí nos fuimos a pasar la jornada. Pertrechados de material y ropa de abrigo que no íbamos a necesitar (¿dónde van esos rapacinos sin sudadera? ¡hace-y el favor de deciyos a esos guajes que se abriguen!) tomamos el camino de la piscina no sin antes comprobar que lo de abrigarse alguno lo tomó al pie de la letra y mucho mejor que una camiseta es llevar... ¡la chaqueta del pijama!
Superbaño matinal, partidas de palas, comba...
¡Apetito! ¡Qué ricas las tortillas, qué ricas las empanadas! ¡Qué ricas las tartas (escondidas)!
Momento de bibliopiscina y de slackline (¡qué difícil!).
Del slackline estaba pendiente Marco, uno de los socorristas; tanto él como Iván, el otro socorrista, nos comentaron el comportamiento de nuestros monitores en comparación con los de los otros campamentos que andan por la zona. (Se aprecia en la foto adjunta).
Volvimos a bañarnos por la tarde y como no habíamos cansado todavía fuimos, unos, a los columpios y otros a jugar un partidazo de futbito.
Regresamos al albergue, nos duchamos, jugamos unas trepidantes partidas de campeonato antes de cenar, cenamos pasta y nos preparamos para un trepidante vacas en la noche. Buscar la ocla, el jastín y otros bichos raros supuso un momento de cierta tensión sin ayuda de linterna y sin compañía de ningún adulto. Superada la prueba hablamos del trepidante plan de mañana que nos llevará a La Vecilla.
Vamos a acostarnos.







lunes, 10 de julio de 2017

Jugando con el tiempo

Al irnos a la cama nos han prometido que mañana nos dejarían dormir hasta las... Bueno, dijeron que nos dejarían dormir un poco más. Pero, ¿cuánto será un poco más? Veremos.
Para los que habéis vivido parte de este día con nosotros deciros que después de despediros nos relajamos con un paseín por el camino de las babosas; retocamos los grupos y, luego, tomamos un vaso de leche o una fruta, antes de pasar a ver la película Monstruos S.A. acompañados de alguna chuche. Entre bostezos nos dimos las buenas noches.
Pero, a los que no asistieron al Día de la Familia, ¿qué contarles?
Pues, que fue un verdadero DÍA DE LA FAMILIA.
Cuando, después de la película, revisamos el día nos dimos cuenta del montón de cosas que hicimos JUNTOS. Recibimos ansiosos a nuestros padres, disfrutamos de un inesperado día de piscina (no las teníamos todas con nosotros por el tiempo), compartimos un picnic la mar de familiar, celebramos los bingos como si fueran nuestros, nos alegramos de la suerte del agraciado en el sorteo de la bici, bailamos y reímos en la fiesta de la tarde, merendacenamos y... adiós, buen viaje y hasta el jueves.








domingo, 9 de julio de 2017

Víspera

Los que no lo sabíamos aprendimos que quien nace en alta mar tiene la nacionalidad de la bandera del barco en el que va; así, por ejemplo, si el barco es de Panamá el nacido sería ¡panamés!
Hay más, pero no las hemos apuntado todas.
Qué ritmo de día. Lo hacemos todo a todo tren; de hecho, viajar en tren es un placer.
Y saludar el paso de camiones engalanados con motivo de la fiesta de los transportistas de la zona es también un placer. Bocinazos y caramelos.
Después del piscinazo (gran día de piscina) nos recuperamos con una ensaladilla rusa venida a menos; seguramente la inestable situación de la antigua república soviética ha provocado que su famosa ensaladilla se haya rebelado y ofrezca el pimiento por un lado, los guisantes por otro, la zanahoria un tanto apartada, los espárragos desaparecidos... De postre, helado al corte (fino).
La interesantísima charla de primeros auxilios que tuvimos ocasión de escuchar nos recordó muchas pautas a seguir en caso de percances más o menos graves.
Percances que podrían haber ocurrido en el desarrollo del gran juego de esta tarde: la gymkhana conocida con el nombre de arca de Noé. Luego rematada con una ducha al aire libre.
Tras cenar sopa caliente y entremeses calientes planificamos entre todos el día de mañana.
Hubo tiempo para velada y más risas.
Y para darnos las buenas noches.
Familias, recordad:
- El viaje de Ujo a Boñar -por San Isidro- lleva unos ochenta minutos. Os esperamos a partir de las once y media.
- Si traéis mesa, sillas y sombrilla-paraguas, mejor.
- En principio, a las doce y cuarto saldríamos hacia la piscina. Y a las tres de la tarde comeríamos. (Si, tal como pronostican, llueve de tres a seis de la tarde nos apretujaremos y pondremos buena cara).
- Algo suelto para el bingo.
- Un par de toallas para cambiar las que tenemos arrugadas.
- Ganas de pasarlo (muy) bien.
Hasta mañana.






sábado, 8 de julio de 2017

Panes, peces y melones

Despertarse dormidos, ¿es posible?
De una pilla matutina, ¿se puede volver con una sonrisa?
Desayunar a cámara lenta, ¿es un placer?
Escuchar el plan del día y ponerle buena cara, ¿es todo uno?
Arreglar la habitación, ¿merece la pena?
Ponerle buena cara al mal tiempo, ¿es más que un refrán?
¿Podemos caminar y cantar y cantar y caminar y hacerlo todo a la vez?
Disfrutar, ¿es un verbo rico en agua y sales minerales?
¿Se puede repetir, tripitir, cuatripitir... patatas con carne?
De un melón de kilo y medio de peso, ¿pueden obtenerse ochenta raciones?
¿Puedes jugar una partida de ajedrez enrocando antes de empezar?
¿Se puede echar la siesta viendo jugar a las damas?
Si asistes a una demostración de experimentos científicos, ¿aprendes algo? ¿aprendes mucho?
¿Te puedes olvidar de merendar por culpa de la ciencia?
¿Puede recibir alguien querido veintitrés abrazos a la vez?
Si hay deporte libre, ¿todos juegan a algo?
Terminada esa sesión, ¿lo haces feliz de haberlo dado todo?
¿Puedes preguntar si toca ducharse si solo diste a la comba?
¿Se puede repetir, tripitir, cuatripitir... sopa? ¿Sopa de fideos?
¿Se puede empezar un cluedo cuando es la hora de ir a la cama?
¿Y que el juego dure más de una hora?
¿Pueden decirnos que damos gusto?
Si la respuesta a todo es SÍ, ¡qué maravilla! ¿verdad?






viernes, 7 de julio de 2017

Mella

Cansadinos. Alguno pide siesta.
El ritmo habitual no se vio alterado por la amenaza de tormenta. Cumplimos el plan del día desde el cazamariposas hasta el asalto al castillo.
Desayunamos las rosquillas elaboradas por nosotros en la tarde del miércoles y tostadas con mermelada de albaricoque. Ahora sí, cantamos entera la canción del cola cao.
A hora más temprana de lo habitual, con menos calor, nos fuimos a la piscina y aunque no luciera ni calentara el sol con mucha intensidad disfrutamos del agua, del nado subacuático, de los columpios y de la compañía del socorrista.
Los jueves¡eo! hay paella ¡eo! y hoy es (era) jueves; se rifó la gamba y... quedamos hasta el gorro del marisco.
Continuamos los campeonatos de juegos de mesa y pasamos al artístico taller de esta tarde realizado con las conocidas ceras Manley.
Tiempo para más juegos (bolos, cascayu, comba, llecheres, rana, kolmen*).
Después de la ducha breve revisión de cargos.
Y después de la cena juego nocturno, asalto al castillo. Fenomenal.
Se nos olvidó dar las buenas noches y caímos redondinos.









jueves, 6 de julio de 2017

(Santi marchó pa la cama sin poner el título)

¿Qué destacar del día de hoy? ¡Todo!
Nada más levantarnos, pisaseo. Más de lo primero que de lo segundo.
A continuación, un "pañuelo" en el prao de las cigüeñas; luego, un buen desayuno con mucha fibra (a ver si) y tiempo para el horror, el sufrimiento, las penas, las fobias, la apocalipsis, el caos (bueno, lo de las habitaciones).
A las once un ingeniero forestal nativo (nativo del suroccidente del Principado de Asturias) nos dio una conferencia sobre la flora de la Cordillera Cantábrica e incluso nos habló en asturiano - gallego, más conocida la lengua como fala.
Al terminar la charla de cabeza a la piscina. Ya son dos días que remoloneamos lo más posible y salimos del agua al último aviso. La HAKA en la pileta, ¡viral!
En el hotel nos aguardaba hoy buffet libre y natillas de chocolate. En fin.
Tiempo libre y taller. El taller de hoy, con ayuda de repostera de postín, taller de repostería: rosquillas (con agujero y... sin él). Esperamos desayunarlas mañana.
Y el deporte de hoy, rugby. Con tanta HAKA no hay quien nos tosa.
Ducha, cena y VELADA. Así, con mayúsculas. La intervención de un par de espontáneos animaron la noche hasta cotas inimaginables.
A las 00:00, sí, sí, a esa justa hora cerramos la jornada.





miércoles, 5 de julio de 2017

Te veo, tebeo

Acabamos de ver las fotos hechas hasta la fecha, nos hemos reído especialmente con los primeros planos y hemos recordado momentos que ya habíamos olvidado, y eso después de solo cinco días.
También hemos leído el blog, y comentarios que llegan, nos cuentan, allende los mares.
Si hay un juego matutino rey de los juegos matutinos ese es el robaviseras.
A la hora de desayunar cantamos a medias la del cola cao; decimos a medias porque nos falta el pan con mantequilla y mermelada que, todo indica, tomaremos mañana. También estamos a la espera del pan frito prometido; por ahora nos contentamos con cereales y una enorme variedad de tipos de galletas.
Ya veis que desde el primer día pasamos por encima del momento ese del arreglo y revisión de habitaciones; tengamos la fiesta en paz, corramos un tupido velo y otras expresiones similares pueden servir para pasar a otro tema. (Mamá, ¡te quiero mucho!).
La mañana de hoy en la piscina se alargó, vaya si se alargó. Disfrutamos de lo lindo y además pudimos saborear un helado con el que nadie contaba. Lo vivido esta mañana allí dio para unas palabras preciosas con las que acabamos de cerrar el día.
Comida de viejas nos aguardaba en el albergue y otra vez platos relucientes, esta vez sin puntos extra.
Tras el tiempo libre y los campeonatos de mesa tocó tiempo de dibujo. Ayudados de unos miticos tebeos guardados como oro en paño dibujamos el personaje o viñeta que quisimos.
Un par de chuches y juego de orientación con ayuda únicamente de una brújula por grupo. Nadie se perdió y eso ya fue un triunfo.
Por la mañana, helado, y por la noche... ¡pizza! El equilibrio conseguido en nuestra dieta se ha desequilibrado un poco, pero, tranquilos, nos recuperaremos.
Luego, lo dicho, fotos, blog y palabras muy guapas de unos para otros.
¡Ah! nuestro departamento de I+D ha descubierto un revolucionario método para aliviar las molestias en el codo al que hemos llamado "codera rayada" conseguida a partir de un calcetín usado. El resultado, en la foto adjunta, salta a la vista.
Buenísimas noches.