¡Por fin!

Por fin volvemos a sentarnos frente al blog. Tanto tiempo de espera ha merecido la pena. Sí, un solo día y... ¡tantas cosas que contar!

Teníamos tantas ganas de marchar que salimos sin despedirnos, pero sabemos que cuando el autocar subía San Isidro todavía había padres mandando besos desde el patio del colegio. Otras veces parábamos en el puerto, pero los 5º que marcaba el termómetro nos invitaron a seguir ruta. Nos preguntaron si queríamos parar en Puebla de Lillo, vimos los 10º del lugar y... continuamos.
Una vez en Boñar descargamos el bus en un periquete y en otro periquete ya estábamos instalados.
Hicimos un juego muy simpático para conocer el nombre de todos los acampados; en ese momento ya estábamos preparados para el bingo de nombres. Cenamos y echamos unas risas con un tongó muy original, nunca cantado hasta la fecha. Nos deseamos buena noche y nos acostamos celebrando la primera noche de campamento de unos cuantos de nosotros.

¡Ah! Si mañana veis por Ujo a uno de los monitores no penséis que le hemos echado o que se ha rendido; simplemente es que ¡ha olvidado su maleta!