Lectura, Pesetas y Monstruos

Recién terminada la peli Monstruos S.A. os escribimos desde esta vega, La Vega de Boñar.
Dormimos la mañana. Las vacas en la noche nos habían dejado bastante magullados.
Dormir la mañana es un decir, a las diez ya estábamos en pie, y jugando.
Desayunamos cereales, madalenas...
Al margen del paseo a la piscina, el baño en ella y el regreso al albergue; al margen de la ensaladilla rusa y el premio de una gominola por dejar limpio el plato; al margen de tantas cosas especiales que por hacerlas cada día nos parecen tan normales, hoy destacamos el tiempo de lectura -¡una hora!- que tuvimos después de comer (a juicio de los monitores, alucinante).
Más tarde dimos color al taller hecho ayer con pinzas.
Merendamos dulce de membrillo y quesito, recitando al ir a recogerlo lo de "dulce y queso sabe a beso" que parece ser se recita desde tiempos inmemoriales.
Cuando trabajamos bien lo hacemos a conciencia; fijaros que esta tarde mientras hacíamos una de nuestras rutinarias batidas de limpieza uno de nuestros arqueólogos localizó una moneda de otro siglo donde se leía, en su anverso, CIEN PESETAS, y en su reverso aparecía el perfil de un conocido cazador de elefantes.
Cenamos pizza y los platos quedaron limpios sin necesidad de recompensa.