Sol, solín

¡Qué ganas de sol!
Pero antes, EVACUACIÓN. A las nueve horas y nueve minutos, la señal convenida -toques de silbato continuados- sobresaltó a los inquilinos de esta rue, que en pijama y con (o sin) chanclas salieron ordenadamente hacia el exterior del albergue donde se procedió al recuento de los mismos con resultado favorable. A subsanar: Un par de puertas sin cerrar.
El desayuno con cereales y galletas alivió el fresco amanecer y la tensión del momento.
Luego del rutinario arreglo de habitaciones, cada vez más complicado por los extravíos de calcetines, servilletas... se pasó a la hora del té -enterita en inglés-.
Salimos hacia la piscina sabiendo que íbamos a pasar el día entero en El Soto. Por la mañana, piscina para nosotros solos. Hubo pruebas puntuables para las competiciones entre equipos, jugamos a las palas, comentamos las repercusiones de las mariposillas de verano en nuestros estómagos (¡uy, uy, uy!) y nos fuimos de picnic a la zona recreativa -bocadillín de chorizo y... ¡¡alitas de pollo!!, sandía y unas onzas de chocolate-. Un poco de biblio-parque, otro poco de columpios y de nuevo a la piscina. Por la tarde sí que hay gente, también es verdad que el agua está un grado más caliente (lo de un grado es porque a nosotros siempre nos parece fría). Tomamos un helado y tuvimos tiempo de jugar en El Soto a baloncesto, a ping pong y quien quiso en los columpios. Regresamos coloradinos (tranquilos, seguimos echando crema), nos duchamos; cenamos sopina, huevos a la mimosa y copa de nata y chocolate y como guinda del día uno de los juegos más esperados: "Una aguja en un pajar".
Igual que otros días éste es un resumen más o menos ordenado de la jornada; veis las fotos y nos veis las caras, pero hay tantas cosas que quedan dentro de nosotros, que estamos viviendo y que son para siempre, que tenemos que daros las gracias por permitirnos estar aquí.
Ahora mismo los monitores andan partiéndose de risa con cosas de ellos (éste es un dialogador, salmolenosis; iglús en lugar de icebergs; after sun es una marca, hay otras; ¿es lo mismo oráculo que monóculo?...) El cansancio les hace mella.